miércoles, 24 de julio de 2024

Metodologìa de intervención Socioterapèutica en el Trabajo Social de Grupo desde el Enfoque Gestàltico y el Trabajo Social

 

Lic.  Liliana Calvo



Resumen                                   

En este artículo se presenta una metodología de Intervención Socio terapéutica del Trabajo Social de Grupo, con aportes que brinda el Enfoque Gestáltico.

En el mismo, se realiza una reseña de la historia de Trabajo Social de Grupo, aludiendo algunos de sus exponentes destacados y al momento de su creación como método del Trabajo Social.  Se mencionan los diferentes tipos de grupos y su alcance socio terapéutico. Describiendo así mismo, los fundamentos teóricos que sustentan el abordaje; su proceso con las etapas del mismo, los objetivos y las técnicas que lo integran.

Palabras claves

Socio terapia- Trabajo Social de Grupo- Enfoque Gestáltico-Autoestima-Resiliencia

Summary

This article introduces a sociotherapeutic intervention methodology for the social group work, based on the contributions provided by the Gestalt Approach. For this matter, a historic review of the Social Group Work is conducted, referring to some of its most outstanding exponents and the moment of creation as a method for Social Work. It covers different group types and their sociotherapeutic approach, as well as its theoretical foundations. The article also describes the process of work, stages, objectives and techniques that integrates the presented methodology.

Keywords

Sociotherapy - Social Group Work - Gestalt Approach – Self-esteem – Resilience

Referencias històricas del método de Trabajo Social de Grupo

Los antecedentes del método de Trabajo Social de Grupo, se remontan al siglo pasado. Cuando Arnold Toynbee, que era miembro del C.O.S, profesor de la Universidad de Oxford .Para realizar su tarea de promoción de la gente, ocupaba una habitación en la misma comunidad en la que trabajaba. Su acción consistía fundamentalmente en compartir con ellos la vida en grupo.

Otro integrante del C.O.S, Samuel Bornett interesado por la acción de Toynbee, organizó en su parroquia San Judas en Londres, un Centro Vecinal, al  que llamó Toynbee Hall. El mismo comienza a funcionar en 1884. En esta Asociación no se atendían casos individuales, se organizaban actividades concretas en el campo de la ayuda médica, la educación de adultos, la organización y el funcionamiento de Clubs para niños y jóvenes.(1)

“En 1905 surge en Gran Bretaña por iniciativa de Baden Powel el movimiento de los “boy scous”, cuyo objetivo era brindar apoyo a los hijos de obreros con problemas económicos y sociales, con la finalidad de constituir una hermandad internacional. (Cassinelli y Angeloni)(2)

Grace Longwell Coyle fue la primera en crear un enfoque científico del Trabajo Social de Grupo, escribiò el libro Trabajo Social de Grupos, y estableció el curso en la Western Reserve University, Cleveland. En palabras de Kisnerman: “fue la primera en enseñarlo como método. A partir de 1925 empezò a desprenderse el rol recreativo para pasar a ocuparse de la terapèutico”, siguió considerando que el profesional es el líder, rechazò la idea de que se atienda como caso individual a un miembro del grupo, centrando su mirada en la totalidad del grupo”. (3 Su influencia fue muy valiosa en el crecimiento del Trabajo Social de Grupo.

En 1934 en la Conferencia de Trabajo Social, de Kansas, se incluye el estudio de èste nuevo método de grupo. Y en 1935 en la Conferencia de Montreal, se acepta ya de modo pleno. Se comienza a hablar asì de trabajadores de grupos.

El avance en Latinoamèrica se produje desde Chile cuando en el Primer Congreso Panamericano de Trabajo Social, se sugiere a todas las escuelas de Trabajo Social del continente, a que incluyan el nuevo método en sus curriculas de estudio.

En el año 1939 se fundó la Asociaciòn Americana para el estudio de Trabajo de Grupo AAETG, integrada por trabajadores sociales, psicólogos y pedagogos.

Gisela Konopka hace figura en la línea de abordaje psicosocial, la misma diplomada como trabajadora social, egresada de la Universidad de Pittsburgh, ejerciò como profesora en la Universidad de Minesotta. Fue sumamente reconocida como investigadora, educadora y conferencista. Contribuyò al trabajo con adolescentes. Escribiendo numeroso artículos y libros sobre el trabajo con grupos, uno de ellos Trabajo Social terapeùtico con niños y jóvenes, fue editado en nuestro país por editorial Lumen. (4)

En Latinoamèrica, el argentino Natalio Kisnerman ha dejado una amplia contribución al Servicio Social de Grupo.

Los tres niveles de intervenciòn del Trabajo Social son, el Caso Individual, el Trabajo de Grupos y el de Organización y Desarrollo de la Comunidad

El Trabajo Social ha sido pionero en valorizar el espacio del trabajo grupal para las personas, entendiendo que de la participación de las mismas en un encuentro grupal se suscitan aprendizajes, en un espacio de soporte entre sus miembros y el trabajador social.

Metodologìa

Gisela Konopka define el trabajo social de grupo como “un método de trabajo social que ayuda a los individuos a mejorar su funcionamiento social a través de experiencias constructivas de grupo, y a enfrentarse con sus problemas personales, del grupo y de la comunidad”.(5)

 En Formación para el Servicio Social de N.U. se ha definido a éste método como “un proceso educativo por el cual el Asistente Social ayuda al individuo a establecer en el seno de un pequeño grupo relaciones satisfactorias que le permitan madurar afectiva y emocionalmente... haciéndoles así capaz de cumplir con eficacia sus funciones sociales en la comunidad y en los grupos sociales a los que pertenezca”.

Muchos fueron los aportes de diferentes enfoques al crecimiento del mètodo, asì las autoras Cassinello y Angeloni nos expresan: “Es necesario que el trabajador social conozca los aportes de Kur Lewin y sus discípulos de la Tavistock clinic, de Bion, Anzieu, Moreno, Bateson, Pichon Rivie, la escuela canadiense de redes, entre muchos otros”, ya que han realizado el enriquecimiento de èste método. (6)

Nos dice Sela Sierra: “El objeto de este método, es aprovechar de una característica humana, como es la básica necesidad de pertenencia y de relación social, para mejorarlas actitudes de los individuos y enriquecer su participación en las actividades de grupos organizados. La primera condición para la reunión es la existencia de un interés común, que nuclee a sus participantes. Cada vez es màs aceptado el valor educativo y terapèutico, en la correciòn de dificultades individuales que se oponen al ajuste del hombre con su medio y el mejor aprovechamiento de las posibilidades personales y de los recursos de la comunidad.”(7)

El trabajador social interviene para que las personas logren satisfacer sus necesidades, en èste caso y para la metodología del Trabajo Social de Grupo, siguiendo a Maslow y a Schtz, resalto la importancia de la “necesidad de pertenecer”, como una de las fundamentales para el pleno desarrollo de los seres humanos, este método responde al logro de la misma.

Asì es como el Trabajador Social implementa la intervenciòn intentando motivar la participación de las personas a una actividad grupal partiendo de los intereses que el mismo detecta en las personas de la  comunidad, donde está inserta la institución, donde desarrolla sus actividades profesionales.

Al decir de Krompotic “se sostiene una relación dialèctica en donde el grupo es hablado por la institución y al mismo tiempo, la institución vive de sus grupos, puesto que no hay grupos sin instituciones”.(8)

Basado en ello, el profesional, detectando el interés común, interviene para que las personas se reúnan. Una vez que están integradas a la actividad, fomenta la participación activa de todos, para que puedan de este modo compartir sus experiencias, vivencias personales y lleven adelante acciones en común. Logra así que en dicho ámbito a partir de lo que cada miembro aporta se haga posible muchas veces la resolución de situaciones problemáticas de la vida cotidiana. Es importante para ello, que se promueva en los participantes el respeto mutuo, la aceptación del otro como diferente, el ser solidario, el ser creativo, que se den cuenta como se comunican y de que modo se relacionan con los otros miembros del grupo.

Es de mencionar que desde el inicio de la creación del método del Servicio Social de Grupo, se menciona el alcance socioterapèutico del mismo, asì Natalio Kisnerman nos hace saber en su libro Servicio Social de Grupo que: “la bibliografìa de SSG no ha permanecido ignorante del enfoque terapèutico. Una de las primeras autoras Valentina Maidagàn de Ugarte, señala que “el trabajo social se realiza con fines curativos a través de la asociación dentro del grupo”. Por su parte Simòn Parè dice, entre otros autores, que el SSG “el programa recreativo o cultural no se valoriza tanto por su valor intrìnseco como por sus propiedades terapéuticas con miras a la solución de problemas afectivos personales o por el valor de integración que aporta al grupo en su conjunto.”

Muchas fueron las escuelas que han nutrido del método de Trabajo Social de Grupo, podemos mencionar al psicoanàlisis, la dinámica de grupos, kurt Lewin, sociometrìa de Moreno, Psicologìa social de Pichon Rivie, el enfoque de Carl Roger, la Gestalt, la animación cultural, trabajo corporal, entre otras.

Diferentes tipos de grupos

Existen diversos tipos, grupos primarios, secundarios, abiertos, cerrados, homogéneos, heterogéneos, organizados, desorganizados, formales, informales.


Kisnerman destaca los:

a) Grupos de Crecimiento

b) Grupos de Acciòn Social


Teresa Rochell Poch hace mención  de los:

a) Grupos socioterapèuticos

b) Grupos educativos

c) Grupos de acción social

d) Grupos de ayuda mutua,

Modelo de Intervenciòn socioterapèutica

Aquì especifico un modelo de intervención profesional del trabajo social, con contribuciones de la Gestalt. A la que defino como “promocional, preventiva, educativa, asistencial que tiende a la rehabilitación y a la reinserción social de las personas. Que se lleva a cabo mediante un proceso psicosocial, holista, dinàmico e integral, que tiene distintas fases, está en movimiento y no concluye aùn cuando las personas ya estèn alejadas de su participación en el grupo y del profesional. La cual es educativa, integradora y clarificadora.  Que parte de la metodología propia del trabajo social de grupos, integra los aportes del enfoque gestáltico y trabaja con una concepción de trabajo de red, lo que facilita y promueve una mejor convivencia de las personas en el entorno grupal y con los recursos que la comunidad les ofrece.

Fundamentos del abordaje

En primera instancia comprenden:

1.     la Ley Nacional de 23377 del ejercicio de la profesión de Servicio Social y Trabajo Social que considera ejercicio profesional de Servicio Social y Trabajo Social a la actividad esencialmente educativa. De carácter promocional, preventivo y asistencial, destinada a la atención de situaciones de carencia, desorganización o desintegración social, que presentan personas, grupos y comunidades, o aquellas situaciones cuyos involucrados requieran solo asesoramiento o estimulación para el uso màs racional de sus recursos potenciales. La actividad profesional, por sì o en el marco de servicios institucionales y programas integrados de desarrollo social, tiende al logro, en los aspectos que le competen, de una mejor calidad de vida de la población, contribuyendo a afianzar en ella un proceso socio-educativo. 

 

1-    En segunda instancia los recursos que facilitan:


a)     EL Enfoque Gestàltico,

b)    Los modelos de Autoestima y Comunicación, transmitido por Satir, From y Brandem.

c)     Los Conceptos de Resiliencia, Melillo, Suarez, Boris Cyrulnik .

La Gestalt

Se define como una configuración, totalidad, estructura. Es un enfoque humanista, holístico, experiencial, e integrativo. En el cual se promueve la integraciòn del pensar, el sentir y la acción que se realiza. Es holístico puès incluye su cuerpo, su pensamiento, sus emociones, su cultura y sus expresiones sociales. Es experiencial porque se basa en lo que se vivencia, “no en pensar acerca de, sino en estar conectado con lo que se ve, con lo que siente y se hace en el presente, en este instante”. Fue conformada con aportes de distintas escuelas: “la Teoría de la percepción, la Fenomenología, que promueve el darse cuenta, el Existencialismo ( el diálogo existencial, el proceso yo-tú ) , la teoría del campo de K.Lewin ( a partir de la cual comprendemos los conceptos de proceso, ahora, y polaridad ), las corrientes orientales, Jung, el psicodrama de Moreno.

Los principios Gestàlticos

  1. Figura / fondo
  2. Autoregulaciòn organìsmica
  3. ”El Aquí y ahora” 
  4. “El Darse Cuenta
  5. Las polaridades
  6. El soporte y el contacto.
  7. La teoría paradògica del cambio.
  8.  

Que aporta la Gestalt al Trabajo Social de Grupo:

  1. Flexibilidad y amplitud
  2. El Diálogo existencial: es lo que sucede cuando dos personas se encuentran “como personas”, donde cada una es “impactada por y responde a la otra” . Contactar, reconocerse a sì mismo y al otro en ese encuentro y poder trabajar juntos desde este lugar”. Calvo
  3. El estar en el Aquì y ahora: los Trabajadores sociales acompañan asì a  las personas a centrarse en el presente, a no dispersarse, no volver hacia el pasado.
  4. Una Actitud fenomenológica, otorga la posibilidad de reconocer los pre-conceptos, las interpretaciones, los pre-juicios.
  5. El Darse cuenta, awareness, es tomar conciencia de un modo global, estar en contacto consigo mismo y con los otros. A partir de èsta relación que se establece entre el interior y el exterior, descubrir que sucede en el interior de cada uno, al interaccionar con otras personas. Para luego asumir la responsabilidad de la acción que se concreta.
  6. Las Polaridades, en cada grupo se expresan una multiplicidad de fuerzas polares, organización/desorganización, cooperación/competición, unión/ desuniòn, optimismo/pesimismo, etc.
  7. La posibilidad de diferenciar los soportes internos dentro del grupo y los externos, en la comunidad donde està inserto el mismo.

El enfoque gestáltico facilita que los miembros del grupo, arriben a un conocimiento mayor de sí mismos, se logren contactar con su propio cuerpo, registren sus sensaciones, que se den cuenta como respiran, que descubran que sienten y que actitudes expresan hacia los otros miembros del grupo, a partir de lo que sienten y realizan. Se den cuenta de las verdaderas necesidades propias y del grupo. Sean responsables de las acciones que se llevan a cabo y sus consecuencias, evitando proyectarlas responsabilizando a los otros de las mismas. Desplieguen todo su potencial, sus capacidades, logrando desarrollar sus autoapoyos y aprendiendo a sostenerse por sí mismos. Facilitando desde allí la interacción con los otros integrantes y consiguiendo el crecimiento grupal.

Conceptos de Autoestima

La autoestima está relacionada con la propia valoración que se tiene de uno mismo, con la posibilidad de aceptarse y de respetarse. Se relaciona con la aptitud de afirmar las capacidades, habilidades y entender las limitaciones.  La persona con autoestima puede darse ánimo y valor ante las situaciones nuevas de la vida o frente a los cambios

“Entendemos como autoestima la evaluación que efectúa y generalmente mantiene el individuo con respecto a si mismo. Expresa una actitud de aprobación o desaprobación e indica en que medida el individuo se cree capaz, importante, digno y con éxito. En resumen la autoestima es un juicio personal de dignidad, que se expresa en las actitudes del individuo hacia sí mismo.”  (8)

“Definimos la autoestima como un sentido subjetivo de autoaprobación realista. Refleja como el individuo ve y valora al uno mismo en los niveles fundamentales de la experiencia psicológica. Entonces, la autoestima es fundamentalmente un sentido perdurable y afectivo del valor personal pasado en una autopercepción exacta.” (9)

“La autoestima es la experiencia de ser aptos para la vida y para sus requerimientos. Mas concretamente consiste en: 1) confianza en nuestra capacidad de pensar y afrontar los desafíos de la vida y 2)  confianza en nuestro derecho a ser felices, el sentimiento de ser dignos, de merecer, de tener derecho a firmar nuestras necesidades y a gozar de los frutos de nuestros esfuerzos” (10)

From nos describe maravillosamente esto al decirnos: “ Si amo realmente a una persona, amo a todas las personas, amo al mundo, amo la vida. Si puedo decirle a alguien te amo, debo poder decir: “ amo a todos en ti, a través de ti amo al mundo, en ti me amo también a mi mismo”. ( 11)

Satir “La integridad, sinceridad, responsabilidad, compasión, el amor y la competencia, todo surge con facilidad en aquellos que tienen una elevada autoestima”. (12)

 Aportes desde la Resiliencia

 

La misma “tiene que ver con los recursos y la "capacidad humana" que le permiten a las personas

 "enfrentar, sobreponerse y salir fortalecido por experiencias de adversidad"(Grotberg). (13)

 

“Habilidad para surgir de la adversidad, adaptarse, recuperarse y acceder a una vida significativa y productiva” Citado en Kotliarenco.

 

“La resiliencia remite a una combinación de factores que permiten a un niño, a un ser humano, afrontar y superar los problemas y las adversidades de la vida”. Suarez  (13 idem)

 

Desde Cyrulnic el concepto de resiliencia se entiende como la capacidad del ser humano de lograr superar situaciones desdichadas individuales o sociales y salir fortalecido, transformando en ocasiones, ese sufrimiento en acciones positivas para la sociedad.(14)

 

La resiliencia es un modo de ver salidas posibles en situaciones que parecen no tenerlas, es ser creativo, es tener sentido del humor, es valorarse y valorar a los otros, tiene que ver con el modo de aprender de las experiencias y capitalizarlas, también con el de establecer lazos profundos y saludables convivencias con las personas.

Entramada con la Gestalt colocan el acento en lo que está presente y no en lo que falta, y el aprendizaje se presenta como la posibilidad que tiene la persona no sólo de recibir información sino de “descubrir lo que es posible”.

“La Gestalt nos enseña a construir desde la adversidad. Nos desafía permanentemente a imaginar y poner en práctica modos constructivos de procesar experiencias”. Miguens.

La resiliencia, la autoestima, tienen mucho que ver con la promoción social, es aquí donde a través de un proceso se promueve el desarrollo de diferentes valores, los conceptos de solidaridad, de amor a sí mismo, al semejante y al diferente, la autoaceptación y la aceptación del otro. También se maximizan los recursos para que de este modo las potencias de cada una de las personas se descubran y se desarrollen.

 

Para sintetizar es una intervenciòn

1.     Promocional

2.     Preventiva

3.     Educativa

4.     Asistencial

5.     socioterapèutica

Que se realiza mediante un proceso:

  1. Holista
  2. Dinàmico
  3. Integral

Llevado a cabo en diferentes etapas:

  1. Deteccion del problema social
  2. Diagnòstico
  3. Confirmación del interés común
  4. Motivaciòn
  5. Inicio del grupo
  6. Organización del grupo
  7. Desarrollo del proceso, en los encuentros grupales
  8. Conflicto
  9. Integraciòn
  10. Cierre del Grupo
  11. Evaluaciòn

 

Con un objetivo :

  1. la Rehabilitacion
  2. la Reinserciòn social
  3. la Interacciòn a través de la participación social.
  4. el Crecimiento y desarrollo de la autoestima y la capacidad resiliente, de los participantes.

Con técnicas como :

  1. la motivaciòn
  2. el estudio, diagnóstico y tratamiento social, visualización de las necesidades y  del objeto de formación del grupo, detectando el interés común.
  3. la interacción orientada a la integración grupal
  4. los trabajos facilitadores del darse cuenta, mediante recursos vivenciales, visualizaciones, juegos teatrales.
  5. las crònicas de los encuentros
  6. la evaluciòn de la dinámica grupal 

Las crisis sociales requieren de la intervención de diversos actores de la sociedad, cuando en las mismas se observa el desamparo y la vulnerabilidad de sus miembros.

Para sostenerlas y acompañarlas se hace necesaria la presencia del trabajador social, su intervención es de suma importancia, su objetivo es lograr la rehabilitación y la reinserciòn social de las mismas. Mediante acciones que convoquen a las personas, en ocasiones, a actividades grupales, que promuevan el crecimiento y desarrollo de todo su potencial.

Se transcribe aquí, una experiencia de grupo socioterapèutico, con modalidad gestáltica realizada en una organizaciòn no gubernamental, (AGBA).* Creando un grupo de autoestima en tiempos de crisis, para personas desempleadas.

Estos espacios fueron surgiendo a partir de tomar contacto con las personas de la comunidad, en la etapa de detección del problema social, que fui observando.  En esos momentos un gran nùmero de personas se quedaba sin empleo, todo ello a partir de una considerable crisis económica que se presentaba en la comunidad, sin poder visualizar los mismos aùn,  proyectos para llevar a cabo.

Al respecto de Robertis nos expresa: “los trabajadores sociales toman èl problema tal como èl parece emerger de su pràctica…se trata de los hechos que ellos constantan y a los cuales atribuyen un significado, sin aùn no habiendo procedido a una verificación científica. Estas primeras observaciones los llevan a una reflexión común donde la importancia del equipo y del encuadramiento es fundamental… es necesario en èsta etapa enriquecer su reflexión con otras, aprovechando posibilidades ofrecidas por la estructura institucional de pertenencia”.(15)

En la etapa diagnòstica, se comienza elaborar el proyecto a partir del

Interés común de los posibles participantes, en este caso, trabajar la autoestima y resiliencia, en personas desempleadas, Intentando llevar adelante un proyecto en común, a fin de lograr su reinserción social. Comprendiendo a cada persona y también al problema que presenta, en este caso haber quedado sin empleo. Así luego de la convocatoria y motivación se procede a la organización del grupo.

 

Los objetivos:

  1. Brindar a los participantes un espacio de soporte y contención
  2. Trabajar en relación a la autoestima y capacidad resiliente
  3. Mejorar la manera de vincularse en forma grupal.
  4. Propender a la inserción social de los participantes, a fin de que logren llevar adelante proyectos en común o se logren obtener nuevos trabajos.
  5. Clarificar recursos grupales y de la comunidad.

 

Encuadre

Las actividades se organizan en reuniones que se llevan a cabo una vez por semana, por el término de seis meses, de 2 horas y media cada encuentro. Con la modalidad de grupo abierto, se integra el nuevo participante, previa entrevista con el trabajador social.

 

Diseño de cada encuentro

  1. Inicio
  2. Presentación de los participantes, mediante juegos de dinámica grupal.
  3. Tema pendiente de la reunión anterior
  4. Actividad central
  5. Ronda del darse cuenta
  6. Cierre del encuentro

 

Trabajos centrales: 

a)     Traer al aquí y ahora, situaciones de su vida que hubieran podido resolver favorablemente para que las mismas le sirvan de soporte.

b)    Realizar dramatizaciones sobre posibles presentaciones a nuevas entrevistas de trabajo.

c)     Trabajos orientados a rescatar sus capacidades personales, que le permitieran actualizar su CV, escribir la carta de presentación para un posible trabajo.

d)    Organizar con los miembros del grupo, un proyecto laboral en común.

 

En las reuniones se formalizan trabajos que tienden a elevar la autoestima, a desarrollar la capacidad resiliente de los participantes, criterios que favorecen su bienestar y desarrollo. Así pueden descubrir aspectos de su personalidad que no conocen, reflotar sus propios recursos, pueden comenzar a aceptarse como son, con todos sus aspectos positivos o negativos. Esto les amplía la visión que tienen sobre sí mismos, les abre un abanico de posibilidades, ya no son una cosa u otra, el descubrir diferentes aspectos entrelazados e integrados entre sí le sirven como soporte y auto apoyo.

 

A medida que se desarrolla el proceso, se va generando una red de solidaridad entre los integrantes, el grupo crece, atraviesa las situaciones conflictivas, de integración grupal, luego de las cuales manifiestan, sus integrantes, salir fortalecidos y se expresan con mayor seguridad y confianza en sí mismos.
Las intervenciones se desarrollan con metodología del Trabajo Social de Grupo y con modalidad gestáltica, así en las mismos se les propone que:


1-Estén en contacto con el aquí y ahora
2-Hablen en primera persona
3- En tiempo presente
4- No se comuniquen en forma impersonal con los demás participantes de grupo
5-En caso de hablar a cerca de un compañero, mirarlo y decirle lo que se desea.
6-Se den cuenta, a través de la experiencia, de cómo se sienten con respecto a la situación vivida, en el caso de realizar una propuesta .
7- Se den cuenta de sus capacidades y potencias
8- No juzguen, ni den consejos
9.Actualicen situaciones de la vida que hubiesen podido resolver, para que les sirvan de apoyo.

 

En las reuniones grupales, los participantes, logran verse en espejo, crean lazos de sostén, de solidaridad, de apoyo mutuo, pueden darse cuenta que a ellos solos no les suceden ciertas cosas, sino que tienen que ver con la condición humana y son posibles de modificar.

Este proceso grupal tiende a lograr el pleno desarrollo, progreso y el enaltecimiento de las personas en la dinámica grupal. Interviene fortaleciendo los aspectos vigorosos de los mismos, e intenta facilitarles el modo de la resolución de las dificultades que se les presentan, encaminadas a elevar su calidad de vida y su reinserción social.

Tienes sus pilares, en los fundamentos de la disciplina científica del Trabajo Social de Grupo. Basada en el amplio conocimiento del ser humano, con su metodología propia y un objetivo muy claro que se orienta al desarrollo de las personas y al mejoramiento de las mismas en la interacción grupal.

Con el aporte significativo que brinda el enfoque gestáltico, lo cual da la posibilidad de seguir creciendo en otras fuentes de conocimiento.

En dichos espacios grupales se valora el aprender, no sólo como la transmisión de información, sino también como el “descubrimiento de lo posible”. Entendiendo que en todo proceso de crecimiento grupal son tan fortalecedores “el qué”, “el cómo” y el “para qué”.

Según Rosell Poch los grupos socio terapéuticos “se utilizan para tratar aquellos aspectos que conflictúan y producen sufrimiento a las personas, o les impide desarrollar sus capacidades, afectos, relaciones y responsabilidades sociales. La intervención socio terapéutica va dirigida a mejorar las vivencias y la participación social de una persona, lo cual implica un desarrollo de las capacidades personales para enfrentarse consigo mismo y con el entorno”, (16)

Los diferentes grupos que pueden crearse son para adolescentes, madres /padres, amas de casa, adultos mayores, miembros de una cooperativa, un club de madres, etc.

La disciplina científica del Trabajo Social de Grupo, ha ido alcanzando su desarrollo, al cabo de los años, poniendo su eje en que cada persona pueda expresar sus necesidades en un contexto grupal, y ver el modo de satisfacerla, con sus propios recursos y los que el grupo le ofrece.

Se promueve así a las personas a la participación grupal, con el objetivo de lograr un mejoramiento de lo relacional y de la acción grupal, conociendo que los fundadores/as del método de Trabajo Social de Grupo, han dado testimonio de la importancia del crecimiento de las personas a través del encuentro e interacción con otras personas, en el encuentro grupal.

Todo ello se realiza a fin de fortalecer el empoderamiento de las mismas, mediante la toma de conciencia y el desarrollo de sus potencialidades. Para ello el profesional intenta facilitarles el descubrimiento de sus aspectos valorativos, resilientes, con el fin de que logren su autonomía, promoviendo el cambio y su participación social en diferentes grupos de su comunidad.

Notas Bibliográficas

(1) Calvo Liliana, Reynoso L, Trabajo Social y Enfoque Gestáltico, Espacio editorial 2003

(2) y (6) Cassinelli y Angeloni, en Di Carlo y Equipo Trabajo Social con Grupos y Redes, Editorial Lumen

(3) Kisnerman Natalio, Pensar el Trabajo Social. Una Introducción desde el construccionismo. Segunda edición, Grupo editorial Lumen Humanista. Buenos Aires, México

Kisnerman Natalio, Servicio Social de Grupo, Editorial Humanista, 1969

(4) Konopka Gisella disponible en http://www.lumen.com.ar/index.php?route=product/author/info&author_id=1654 y en https://oxfordre.com/socialwork/view/10.1093/acrefore/9780199975839.001.0001/acrefore-9780199975839-e-671

(5) Konopka Gisella, Grupo de Trabajo Social: Un proceso de ayuda . Prentice Hall, Englewood Cliffs, NT

(7) Sierra Sela, Introducciòn a la Asistencia Social, Humànitas  Buenos Aires, 1967

(8) Kropotic Claudia, Teoría y Práctica de Trabajo Social, Editorial Floppy Buenos Aires 1998

(8 )Branden, Nathaniel: El poder de la Autoestima. Edit. Paidós. 1993.

(9) Idem (1)

(10 )Idem (1)

(11) From, E el Arte de amar edit Paidos, 1965

(12 )Satir, Virginia, Las relaciones humanas en el núcleo familiar, Editorial Pax Mèxico, 2002

(13) Melillo, Suarez Ojeda, Resiliencia, descubriendo las propias fortalezas, Editorial Paidos

(14) Cyrulnik, Los Patitos Feos, Editorial Gedisa.

(15) de Robertis, en Trabajo Social con Grupos y Redes, Editorial Lumen

(16) Rosell Poch Teresa, Trabajo Social de Grupo: grupos socioterapèuticos y grupos educativos, disponible en: https://www.academia.edu/43947306/Trabajo_Social_de_grupo_grupos_soc_oterap%C3%A9ut_cos_y_socloeducativos.

 

Bibligrafìa

Calvo Liliana, Familia Resiliencia y Red Social, Espacio editorial, Buenos aires 2003

Calvo Liliana, Trabajo Social Familiar, Transdisciplina y Supervisiòn, Espacio editorial 20013

Cassinelli y Angeloni, en Di Carlo y Equipo, Trabajo Social con Grupos y Redes, Editorial Lumen

Cyrulnik, Los Patitos Feos, Editorial Gedisa.

Di Carlo y Equipo, Trabajo Social con Grupos y Redes, Editorial Lumen , capítulo Historia del Servicio Social de Grupos autoras Cassinelli y Angeloni

Fagan y Shepherd compiladoras ,Teoría y Técnica de la psicoterapia Guestáltica Editorial Amorrrortu.                        

Kisnerman Natalio, Pensar el Trabajo Social. Una Introduccion desde el construccionismo. Segunda edición, Grupo editorial Lumen Humànitas. Buenos Aires, Mexico

Kisnerman Natalio, Servicio Social de Grupo, Editorial Humànitas, 1969

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Kropotic Claudia, Teoría y Práctica de Trabajo Social, Editorial Floppy Buenos Aires 1998

Melillo, Suarez Ojeda, Resiliencia, descubriendo las propias fortalezas, Editorial Paidos

Perls Fritz Yo, hambre y Agresión, Fondo de cultura económica.

Perls,Fritz Dentro y Fuera del Tarro de la Basura, editorial cuatro vientos

Reynoso L, Calvo Liliana, Trabajo Social y Enfoque Gestàltico, Espacio editorial Buenos Aires 2003

Rosell Poch Teresa, Trabajo Social de Grupo: grupos socioterapèuticos y grupos educativos, disponible en: https://www.academia.edu/43947306/Trabajo_Social_de_grupo_grupos_soc_oterap%C3%A9ut_cos_y_socloeducativos

Sierra Sela, Introducciòn a la Asistencia Social, Humànitas  Buenos Aires, 1967

 

Liliana Calvo es Lic. en Servicio Social, Asistente Social, Socioterapeuta Gestàltica, Diplomada como Mediadora Familiar, Certificada en Teorìa y Tècnica del enfoque Gestalt.

Es Poeta y Conferencista. Supervisora de equipos profesionales en diferentes Instituciones.

 Se ha desempeñado en àmbitos de la salud y educaciòn trabajando en hospitales y escuelas primarias y secundarias desde el trabajo social y el enfoque gestàltico, asì como en diferentes ONG.

 Es Directora del Centro Grupo ConVivir y de la Revista ConViviendo, desde hace 20 años.

Autora de diferentes libros y artículos sobre Trabajo Social , Trabajo Social y Enfoque Gestáltico editado por Espacio editorial en el año 2003, en co autorìa con Reynoso L., de Familia Resiliencia y Red Social, editado por Espacio editorial en el año 2011 y Trabajo Social Familiar, Transdisciplina y Supervisiòn, compilación,  editado por Espacio editorial en el año 2013 y Cuidar a nuestro niños, libro sobre  valores en la crianza , editado por Zeta, de ediciones ConViviendo en el año 2018 en co autorìa con Ossani Anabella.  Otros de sus libros son sobre Poemas y Cuentos infantiles.

Ha presentado sus trabajos en diferentes provincias de Argentina, en Perù, en España y en Estados Unidos.

 

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 14 de julio de 2024

Trabajo Social Clínico y ejercicio libre de la profesión Manolo Salinas Tomàs


Trabajador Social. Terapeuta Gestalt.

Profesor de Fundamentos del Trabajo Social de la Universidad de Valencia.

Agradecemos al estimado colega Manolo Salinas Tomàs, aclarando que èste artículo está publicado en la Revista del Colegio Oficial de Trabajo Social de Valencia (España) Se difunde aquì con  la autorización de su autor.

 RESUMEN El Trabajo Social Clínico en España para la mayoría puede ser considerado como algo anecdótico y que apenas es nombrado en libros y textos. Nada más lejos de la realidad, si bien desarrollado en muchos casos en la sombra, cada vez son más las compañeras y compañeros que han optado por formarse y dedicarse profesionalmente a esta especialidad del trabajo social. El presente artículo justifica la presencia de trabajadoras y trabajadores sociales dedicados a la especialidad clínica, así como de la necesidad de elaborar un plan de formación específico que prepare adecuadamente a los trabajadores sociales que quieran dedicarse al mismo.

PALABRAS CLAVE: Trabajo Social Clínico, terapia familiar, supervisión clínica, psicoterapia.

ABSTRACT The Clinic Social work in Spain for the vast majority might be considered as something anecdotic and that is barely mentioned in books and texts. Not in the slightest from reality, even though it is much more developed in the shade, each time more workmates have decided to form and dedicate professionally to this social work specialty. This article justifies the presence of social workers dedicated to this clinic specialty, as well as the necessity of elaborating a plan of specific formation that prepares suitably social workers that would like to dedicate themselves to this area. KEY WORDS: Clinic social work, family therapy, clinic supervision, psychotherapy

INTRODUCCIÓN

 Para la mayoría de vosotros –diplomados en Trabajo Social- leer un artículo que hable sobre el Trabajo Social Clínico en España puede suponer poco más que teorizar sobre multitud de textos que estudiamos en la universidad, de autores clásicos como Mary Richmond, Virginia Satir, Gordon Hamilton, o más cercanos como Teresa Rosell y A. Ituarte. Sin embargo, al igual que estos y otros autores, entiendo el Trabajo Social Clínico como una especialización de nuestra profesión, una realidad entrelazada con profundos vínculos históricos por diferentes corrientes psicoterapéuticas.

 En mi opinión, el Trabajo Social Clínico en España, como tal especialización, está mucho más cerca de nosotros de lo que la mayoría podáis pensar o imaginar; pero, antes de proseguir con mi argumento, creo necesario recordar algunos aspectos básicos sobre lo que entendemos por Trabajo Social y sobre todo por Trabajo social Clínico.

Recordando y aclarando conceptos

En la web del Consejo General de Colegios Oficiales de Diplomados en Trabajo Social, podemos localizar el siguiente párrafo de la FITS (Federación Internacional de Trabajo Social) que define la práctica del Trabajo Social:

“El trabajo social se enfrenta a las fronteras, desigualdades e injusticias que existen en la sociedad. Responde a las crisis y emergencias así como a los problemas personales y sociales del día a día. Utiliza distintos conocimientos, técnicas y actividades consecuentes con su centro de atención holístico en las personas, por un lado y en su entorno por otro. Las intervenciones del trabajo social abarcan desde los procesos psicosociales focalizados a nivel individual, hasta el compromiso con la política, la planificación y el desarrollo social. Incluyen el asesoramiento, el trabajo social de casos, el trabajo social con grupos, la pedagogía social y la intervención y terapia familiar, así como esfuerzos para ayudar a las personas a obtener servicios y recursos comunitarios. Las intervenciones también incluyen la dirección de organismos, la organización comunitaria y el compromiso con la acción sociopolítica para influir en la política social y el desarrollo económico. El centro de atención holístico del trabajo social es universal pero las prioridades de la práctica del trabajo social variarán de un país a otro y entre períodos de tiempo dependiendo de las circunstancias culturales, históricas, y socioeconómicas”.

Así al concretar más en una definición de trabajo social clínico, Amaya Ituarte, en su libro “El Trabajo Social Clínico”, publicado por el propio consejo lo hace del siguiente modo:

“El Trabajo Social Clínico es una forma especializada del Trabajo Social, que siguiendo el procedimiento científico y por medio de un proceso psicoterapéutico trata de ayudar a personas, familias y/o grupos pequeños que se encuentran en situaciones de conflicto manifestadas por problemas psicosociales, a que desarrollen sus capacidades tanto psicológicas como sociales, en forma que puedan hacer frente en mejores condiciones tanto a sus problemas actuales, como a otras situaciones conflictivas que pudieran presentárseles en el futuro, tratando de ayudarles a desarrollar su capacidad de comprensión (de sí mismos y de su entorno), su tolerancia ante el sufrimiento y la frustración, así como su capacidad para utilizar adecuadamente sus propios recursos personales y los que ofrece el medio social”.

Consejo General de Colegios Oficiales de Diplomados en Trabajo Social y Asistentes Sociales, El Trabajo Social Clínico (ITUARTE, 1992)

En EE.UU, cuna del Trabajo Social moderno, en el que la práctica totalidad de la terapia familiar es desarrollada por trabajadores sociales, la NASW (National Association of Social Workers), define al trabajador social clínico como:

 “ …aquel que está, por formación y experiencia, profesionalmente cualificado a un nivel de práctica autónoma, para proveer servicios directos de diagnóstico, preventivos y de tratamiento a individuos, familias o grupos cuyo funcionamiento está amenazado o afectado por stress social o psicológico o por deterioro de salud. Por tanto, como profesional de la atención de la salud que es, va a proporcionar apoyo a individuos y familias”. The National Association of Social Workers (NASW)

Como vemos, los postulados de nuestra profesión permiten un amplio marco de intervención que abarca desde lo individual a la totalidad de la sociedad, pasando por familias y colectivos. No obstante –aun trabajando con individuos- el término “social” será nuestro referente de actuación, considerando siempre a la persona en relación al grupo o comunidad a la que pertenece. Es importante resaltar este aspecto, que caracteriza nuestro trabajo y nos diferencia de otros abordajes: tomamos a la persona como ser social, no como individuo aislado (aunque estemos ante una intervención individual).

Límites subjetivos

Como ya he mencionado, nuestra profesión abarca un amplio campo de intervención, lo que puede llegar a ser una dificultad a la hora de establecer un marco referencial teórico que especifique claramente “cómo” llevar a la práctica nuestra labor.

Afortunadamente tengo una tendencia natural a ver lo que posibilita más que lo que limita, por lo que prefiero considerar esta posible “pega” como el elemento que nos va a permitir ser más integrativos y eclécticos, pudiendo elegir lo que mejor nos parece de otros modelos y realizar de este modo nuestra tarea adaptando el modelo a la persona y no al revés.

Otro aspecto que puede ser limitante, es que el término “Trabajo” nos invita más a la acción (y en muchos casos a la inmediatez) descuidando o en todo caso viendo con cierto recelo la teorización excesiva. Aquí la trampa es ver a la praxis enfrentada a la teoría, en lugar de como base y soporte que buscan la excelencia en nuestro hacer.

 Otra dificultad a tener en cuenta, hasta la fecha, es que los estudios oficiales de la diplomatura apenas han atisbado (dada la imposibilidad de adquirir en tres años todo el bagaje de conocimientos necesarios) a dotar con la pericia suficiente como para ejercer de trabajador social, cuanto menos en una especialidad tan compleja como la de trabajo social clínico. Es de suponer, sin embargo, que la nueva ordenación de los estudios con las incorporaciones de los títulos de grado, los másteres y doctorados, dé la vuelta a la situación y que en unos pocos años hablemos de un escenario totalmente diferente.

Trabajadores Sociales clínicos en España

En España, los que nos consideramos herederos de la práctica del Trabajo Social Clínico, no somos pocos (aunque sí creo poco vistos) y quizás una de las razones sea la de que hasta la fecha no haya existido una formación específica que capacite para ejercer como tal y hayamos tenido que conformarnos un currículo autodidacta, muy vinculado en la mayoría de casos, a diferentes corrientes psicoterapéuticas. Así, tradicionalmente, el modelo sistémico ha sido elegido por muchos compañeros para formarse y especializarse, pero no sólo este, la Terapia Gestalt y otras, han constituido otras vías que han ido posibilitando la formación clínica específica.

En este sentido Josefa Fombuena y Amparo Martí, en el VI Congreso de Escuelas de Trabajo Social (Zaragoza, 2006), en su ponencia sobre Trabajo Social Clínico, señalan:

“Las trabajadoras sociales, ahora profesionales, buscaron formaciones que le permitieran ver el rostro del sujeto, ver al otro diferente (Levinas, 1993). Algunas, las primeras, acudieron a una formación de tipo pisicodinámico siguiendo una tradición europea (Salzberger Wittemberg, 1970; Rosell, 1988). Otras mantuvieron la mirada cercana al individuo con sus peculiaridades y suunicidad (Ituarte, 1999) Otras, más jóvenes, se dirigieron entusiasmadas hacia nuevos modelos que parecían dar respuesta a todas las preguntas (Fombuena, 2000). Sea cual fuere la pregunta, las respuestas parecían dirigirse hacia modelos terapéuticos. Estábamos, nuevamente, ante el trabajo social clínico. En España, el trabajo social clínico está presente en las Escuelas de Jaén, Granada, Madrid, Gijón.”

Como ejemplo, creo importante destacar que en la FEAP (Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas), detrás de médicos y psicólogos, en cuanto a número de asociados agrupados por su formación universitaria de origen, nos encontramos los diplomados en trabajo social, delante y con diferencia del resto de carreras universitarias. En relación al tema, Francisco Gómez Gómez, Profesor de la E.U. de Trabajo Social de la Universidad Complutense de Madrid, en su artículo “El Trabajo Social Clínico”, escribe lo siguiente:

 “Un ejemplo que pone de manifiesto que en nuestro país va aumentando el número de trabajadores sociales con una mayor formación de postgrado es que en el directorio de socios de la Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar de 1996, ya existían más de 120 socios trabajadores sociales de un total de 882 socios. Es fácil suponer que dicho número haya seguido aumentando y que otras Federaciones o Asociaciones también contarán entre sus socios con trabajadores sociales, que se asocian después de adquirir una formación previa y que es uno de los requisitos establecidos para ser admitidos en ellas.”

Otra dificultad para  que el Trabajo Social Clínico emergiese en España, ha sido que al no existir espacios profesionales en los que desarrollar la especialidad, ni en la administración pública ni en el sector privado (principalmente formado por entidades sin fin de lucro y ONGs), hemos tenido que optarla mayoría por la vía del autoempleo, dedicándonos, como en mi caso, a la formación y más discretamente (y amparado por la escuela de psicoterapia en la que me formé), a la terapia individual y familiar.

Al respecto, es importante nombrar un tema, siempre delicado, puesto que la difuminada línea del intrusismo profesional puede ensombrecer la posibilidad de que el Trabajo Social Clínico en España pueda desarrollarse abiertamente y con el peso específico que considero debe tener en nuestra profesión.

Baste recordar, a modo de ejemplo, lo ya referido en este escrito sobre el Trabajo Social (clínico) con familias en EE.UU., el cual es desempeñado prácticamente en su totalidad por trabajadores sociales.

 Vuelvo a reseñar el artículo de Francisco Gómez que redunda en este tema:

“El Trabajo Social Clínico tiene que ser, a mi juicio, una especialización del Trabajo Social. No cabe duda que lo que capacita a cada uno para el ejercicio de una profesión es el título que está legalmente establecido, pero también es cierto que después cada uno adquiere la cualificación que más le gusta; la cual le proporciona las habilidades adecuadas para ayudar a las personas que requieran sus servicios, dentro del ejercicio de su profesión.”

Este campo de práctica puede ser encuadrado dentro del Área Temática: “La formación para la auto-ocupación” de este Tercer Congreso Estatal de Escuelas Universitarias de Trabajo Social, pues es la práctica privada la que menos se ha desarrollado en nuestro país y por eso es pertinente avanzar en la exploración de nuevos yacimientos de empleo.

La preparación en Trabajo Social Clínico

Hemos visto que hasta la fecha el trabajo social clínico En España, ha sido una parte casi anecdótica dentro del volumen de la profesión, tanto por la ausencia de una formación específica como de lugares profesionales en los que desarrollarla. Si bien es cierto que en los últimos años se están abriendo espacios profesionales, como es el caso de la mediación familiar, en la parte clínica del trabajo social tiene un importante peso específico.

También, en lo referente a la formación, aparecen nuevas ofertas en cuyo currículo lectivo la dimensión clínica tiene un importante peso específico.

Así, el Máster Oficial en Bienestar Social: Intervención Individual, Familiar y Grupal, va a suponer mucho en este sentido. En mi opinión, la formación del trabajador social clínico debe de tomar ejemplo de las escuelas con mayor solera en las que existen elementos que considero marcan la diferencia en cuanto a la preparación de los profesionales; aspectos como la supervisión de casos y el análisis personal son indispensables para completar un currículo adecuado en el campo clínico (la mayoría de corrientes psicoterapéuticas incluyen también la supervisión y la terapia propia como condición específica para completar el periodo de formación).

Gordon Hamilton en “Teoria y práctica de trabajo social de casos”, dejaba explícito que el trabajador social tenía que prepararse para administrar psicoterapia…

“… cuando alguien toma conciencia de su problema y quiere ser tratado no importa que dicho tratamiento sea considerado como parte del trabajo social o como terapia o psicoterapia. Lo importante es la demanda y que el tratamiento sea administrado por un profesional con una formación previa y reconocida. El trabajador social que esté interesado en la práctica de la psicoterapia “debe estar emocionalmente dispuesto a aprender sobre sí mismo y sobre los demás, por lo que es conveniente el propio análisis, si fuera posible, y un periodo de adiestramiento en el que se trate un buen número de casos bajo la estrecha supervisión de un profesional, y posteriormente con consultas”.

Amaya Ituarte, en el epílogo de su libro ya citado dice:

“El Trabajo social Clínico en cuanto proceso psicoterapéutico, sigue las reglas básicas de las psicoterapias, tal y como han sido estudiadas y analizadas en la Teoría del Trabajo Social (y más específicamente, en el Casework, Groupwork y el tratamiento familiar) y utiliza las técnicas psicoterapéuticas pertinentes; además de que puedas ser enriquecido con la formación complementaria que el trabajador social pueda tener en una u otra orientación psicoterapéutica.”

 CONCLUSIONES

 Para acabar, una breve reflexión sobre el objeto de nuestro trabajo y los instrumentos con los que contamos. Una de las quejas habituales en nuestra profesión es la de la falta de recursos. Nuestro día a día transita con escasez de recursos (económicos y de personal) que generalmente han de ser dirigidos hacia las personas y colectivos que más lo necesitan por carecer de ellos. Pero, ante esa realidad que no se puede obviar, muchas veces nos olvidamos de la principal y más importante herramienta con la que contamos, me estoy refiriendo a “nosotros mismos”. ¿Cuántas veces hemos realizado una intervención satisfactoria en la que “sólo” hemos contado con nuestra capacidad de escucha y poco más? ¿En cuántas ocasiones hemos sentido que más importante que lo “que hemos hecho”, ha sido el “cómo lo hemos hecho? Sé que no digo nada nuevo con esto, que incluso podría tomarse como argumento político, un tanto demagógico, tratando de justificar la falta de inversiones económicas en políticas sociales. Pero el hecho de no ser político y sí trabajador social, espero me deje al margen de cualquier sospecha.

 Finalmente, quiero destacar algo que apenas he nombrado explícitamente y que aparece en el título de este artículo haciendo referencia al ejercicio libre de la profesión. Por mi experiencia sé que dicha aventura es posible, si bien no fácil ni “gratuita” en ningún sentido. Con todo, siento que estamos ante un gran momento -abierto de posibilidades- para nuestra profesión y especialmente en relación al trabajo social clínico.

De momento, ya contamos con la posibilidad de oficializar unos estudios y una práctica que algunos contemplábamos utópicamente. Creo llegado el momento en el que los que de alguna manera nos consideramos trabajadores sociales clínicos, debemos salir de la sombra para reclamar y/o empujar en esta línea. Haciendo visible nuestra realidad, la especialidad que hemos elegido y más sentimos, colocándola en el lugar que sin duda se merece.

 FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

 HAMILTON, G. (1974) Teoría y práctica de trabajo social de casos, Editorial Prensa médica mejicana, México.

ITUARTE, A. (1999) Procedimiento y proceso en Trabajo Social Clínico, Consejo General y Siglo XXI, Madrid.

GOMEZ, F. (2000) “El trabajo social clínico”, pp. 1-16, en Cambio social. Relaciones Humanas. Nuevas tecnologías. Enfoques para una formación de futuro, 3er. Congreso de escuelas universitarias de Trabajo social, Barcelona, Mira Editores, Zaragoza. RICHMOND, M. (1922) Social Case Work, Russell Sage Foundation, New York. (Hay traducción, Caso social individual, (1982) Humanitas, Buenos Aires). ROSELL, T. (1988) L’ Entrevista en el treball social, La llar del llibre, Barcelona. SATIR, M. (1980) Psicoterapia familiar conjunta, Ed. Pax México.

CLOÉ MADANES: Historias de Psicoterapia, en Nardone, G. y Watzlawick, P.: Terapia breve: filosofía y arte. Herder. Barcelona. 1999. Págs. 201-224. JOSEFA FOMBUENA Y AMPARO MARTÍ. Trabajo Social Clínico. VI Congreso de Escuelas de Trabajo Social - Zaragoza 2006.